La pandemia afecta al sueño. Millones de personas en el mundo tienen sueños raros

sueños

Podríamos pensar que la reclusión en nuestras casas debida al coronavirus, las calles más vacías, la reducción del tráfico en las calles, la realización de menos vuelos y viajes, así como haber cambiado el trabajo presencial por el teletrabajo nos daría teóricamente más tranquilidad de espíritu, estando menos sujetos a factores condicionantes del día a día. ¿Pero esto es así? ¿Estamos preparados para estos cambios tan drásticos de nuestras rutinas de vida? ¿Cómo afectan estos cambios a nuestro descanso y qué podemos hacer para minimizar los posibles efectos adversos que pueden derivarse de ello?

Los primeros estudios sobre el sueño durante este período que se inició en marzo del 2020 muestran que la mayoría de las personas se quedan más tiempo por la mañana en la cama. Esto está influido por la falta de necesidad de ajustarnos a un horario de levantarnos y la sensación de poder disfrutar de estar tumbados o durmiendo en la cama.

Aun así, paradójicamente, hasta un 60% de las personas encuestadas sobre su calidad de sueño en este período desde que a mediados de marzo comenzara el confinamiento refieren dormir peor. La mayoría de las mujeres indican que duermen una media de 50 minutos más al día pero aseguran dormir peor. Expertos han detectado casos de pacientes cuyos sueños son más intensos, tienen sensación de realidad e incluso son perturbadores.

De acuerdo con la psicóloga Deidre Barrett, de la Universidad de Harvard, los temas más frecuentes en los sueños de un grupo encuestado son:

  • Miedos y ansiedades.
  • Traumas.
  • Búsqueda de soluciones.
  • Escenarios postapocalípticos o pospandémicos.

La mayoría de los sueños de este grupo tienen que ver con el coronavirus, el miedo de contraer la enfermedad, las medidas de distanciamiento social, el uso de mascarillas, entre otras cosas relacionadas. El personal médico es el grupo que más ha presentado sueños de este tipo.

El sueño es importante en la vida de los seres humanos. Según SleepFoundation.org, un sueño eficaz favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico, mejora el estado de ánimo, ayuda a mantener una buena salud mental y mejora la función cerebral.

Es decir, dormir bien contribuye a una salud estable y a un funcionamiento adecuado del organismo. Los sueños son un reflejo de las experiencias, los miedos o los deseos reprimidos. Los cambios que la gente experimenta a lo largo de su vida generan emociones que se manifiestan en los sueños.

La pandemia por Covid-19 ha sido un cambio que ha afectado a todos de alguna manera y ha provocado una modificación en la vida cotidiana de las personas. Por esta razón, ahora vemos el hogar como una especie de refugio que nos protege de “cualquier mal”. La sobrecarga de información en los medios también ha generado estrés porque representa un peligro latente al que todos estamos expuestos.

Según un estudio de la Asociación Americana de Psicología, realizado a 19 estudiantes universitarios canadienses, los sueños en esta época de pandemia, presentan imágenes distorsionadas de animales, cabezas, alimentos y virus de todo tipo. Las imágenes de apretones de manos accidentales, quedarse atrapado en las fronteras durante el confinamiento, y perder a los seres queridos por el virus forman un conjunto de sueños compartidos observados en un estudio finlandés. Algunos temas de las pesadillas no estaban relacionados con el COVID-19, según la autora principal Anu-Katriina Pesonen, jefa del Grupo de Investigación del Sueño y la Mente de la Universidad de Helsinki. Pero otros fueron inequívocamente influenciados por la pandemia y las medidas relacionadas con ella. «Perder el pasaporte es un sueño muy común también al margen del COVID-19», ha reconocido Pesonen. «Pero en este caso, mucha gente estaba realmente atascada en la frontera, y se combinaba con algún tipo de atmósfera apocalíptica… Creo que eso era un buen reflejo de la situación en primavera con Europa, cuando las fronteras se estaban cerrando». Algunos expertos, como Deirdre Barrett, han indicado que el hecho de que los sueños sean más vívidos que nunca, especialmente extraños y, además, los recordemos mejor que en nuestro día a día normal, se puede deber a que ahora mismo, cuando estamos despiertos, tenemos pocos estímulos y hay mucho menos ritmo en nuestro día a día. Esto podría provocar que nuestros sueños se hagan más presentes de lo habitual.

Qué podemos hacer para reducir estos sueños

Debemos tener en cuenta que cuando tenemos niveles altos de ansiedad, tendemos a dormir de manera más ligera y superficial -con más minidespertares – por lo que puede influir en que recordemos más
sueños y sintamos que tenemos más de los habituales. Además, la situación emocional no abordada durante el día va a afectar sin duda a la noche. Algo que podemos hacer para reducirlo es intentar aliviar esos sentimientos de día. Una buena idea es acudir a terapia psicológica aunque sea online. También podemos practicar actividades relajantes como el Yoga.

Por otro lado, cuidar la hora de dormir puede ser una buena manera de evitar el sueño superficial. Intentar mantener unos horarios de sueño estables, evitar las pantallas de dispositivos electrónicos al menos 45 minutos antes de irnos a dormir, mantener un espacio agradable para el sueño en cuanto a luz, ruido o temperatura, así como realizar actividades relajantes, pueden ser de gran ayuda estos días.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *