¿Teatro de «aficionados»?

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Pedro Calderón de la Barca escribió el auto “El gran Teatro del Mundo“ para describir la vida como una escenificación, para reflejar las costumbres  y condicionamientos sociales, para contarlos y describirlos como una comedia, que es el género teatral dominante de los autos. Quería reflejar la sociedad  sobre la escena.

Calderón de la Barca se imagina la vida como si fuera un gran Teatro, el “gran Teatro de la vida“ y juega con sus personajes describiendo cómicamente  los avatares de  cada uno de ellos.

Cada actor encarna y vive su personaje y, para llegar a esa personificación, el actor, la actriz, han de conseguir que las emociones del personaje se expresen libremente a través de su cuerpo. Sus expresividades facial, gestual, visual y corporal han de ser las del personaje.

Si su cuerpo está mecanizado, “constreñido” por sus formas habituales de acción, será insensible a esa encarnación que le exige el personaje, porque resultará como si el actor o la actriz viviera enconsertado dentro de una vestimenta  y su apariencia será siempre una escafandra.

Nos preguntamos por qué el cuerpo del actor o de la actriz está mecanizado y es por la incesante repetición de gestos y expresiones y esto se hace más evidente cuando el actor sale de su ambiente habitual.

Cuando un indio deja su territorio y visita la ciudad le ocurrirá lo mismo que a un habitante de la ciudad cuando visita la selva.

Al primero le sorprenden los ruidos de la urbe, su particular trasiego, el vestuario  de los individuos con los que se cruza, su comportamientos y su lenguaje, y lo mismo le  ocurrirá al urbanita respecto a los ruidos de la selva,  y modo de vida de sus habitantes hasta que ambos se absorben de los respetivos ambientes en que se encuentran y vuelven a la rítmica anterior ya influidos por esos nuevos ambientes, lo que les lleva, nuevamente, a una nueva mecanización.

El actor, la actriz, como todo ser humano tiene sus acciones y reacciones mecanizadas, automatizadas, y por ello, para la asunción de su personaje le es necesario empezar por su des-automatización, con el fin de volverse versátil  y con esa versatilidad, conseguir la mecanización del personaje.

Las mecanizaciones del actor son distintas que las del personaje y por ello el actor o la actriz deben ampliar sus capacidades de sentir y expresarse.

Caminar, pararse, reír, llorar, enfadarse, etcétera son expresiones distintas en el Actor que en el personaje.

La mecanización del actor o de la actriz es el muro que deben derribar para adoptar la mecanización de su personaje, convertirse en su personaje, ser su personaje, vivirlo.

La actriz o el actor, deben anular sus características personales para asumir las de su personaje. Tienen que sentir sus emociones.

Esa es la magia de la transferencia, la magia de la conversión que el actor y la actriz logran transmitir a un público entregado y absorbido por esa “otra realidad” que se vive y que es el reflejo cómico de esa vida anterior o presente de la sociedad que están escenificando.

La broma, la farsa, el juego, son los elementos del Teatro Cómico. Las tres son dimensiones imprescindibles de la vida humana. Es el Teatro de la irrealidad convertido en Teatro de la realidad. El Actor y la Actriz, se convierten en el personaje y el espectador, viven la metamorfosis y la transmiten al espectador.

Esta magia la consiguen, con mayor o menor acierto, los Actores y Actrices  llamados “profesionales” integrados en las llamadas “compañías”, porque hacen del Teatro su modus vivendi. Es evidente que la compañías de Teatro se nutren, en demasiadas ocasiones, de sagas familiares cuyos miembros van cubriendo todos los montajes teatrales sin dar oportunidad a muchos Actores y Actrices, jóvenes y no jóvenes “promesas” que ya han dejado de serlo para convertirse en “realidades”, que   al no haber sido “tocadas por la varita mágica“ de ser descubiertas para la escena , hacen Teatro de forma altruista, integradas en grupos de Teatro llamados “de aficionados“ porque, de lo contrario, no podrían hacer Teatro.

En cierta ocasión una revista universitaria naciente me solicitó una crítica teatral y la ocasión era muy oportuna para visitar a un llamado grupo de aficionados. Me dirigí a ver a la directora del Grupo de Teatro del colegio Mater Inmaculata, Julia Pérez de la Serna, para pedirle permiso a fin de poder presenciar un ensayo. No me interesaba un estreno, “una muestra”, quería comprobar el desarrollo de un ensayo. Esa es la sangre del Teatro. Su Directora me autorizó enseguida. La obra era “Maribel y la extraña familia“.

Lo que presencié corrobora todo lo dicho. Diálogos,  expresiones corporales, faciales, visuales, la soltura, improvisaciones, imprescindibles en Teatro, movimientos, transiciones, ubicaciones, todo ello, armonizado bajo la brillante “batuta” de su directora , hizo que las Actrices, una de ellas en personaje masculino, “vivieran“ la obra y me la transmitieran de tal forma que me trasladaron su problemática y me incorporaron a ella.

Aquellas Actrices son profesionales, son dueñas de la escena, aunque fuese la primera vez que la pisasen las tablas.

Julia Pérez de la Serna, me dijo mucho más con su montaje que el propio Mihura al escribirla. 

Dicho todo lo anterior, el Teatro es cerrado, por no decir hermético. Es muy difícil conseguir entrar, en una llamada “compañía” o en un “grupo” , porque en ambos hay demasiados “divos”, cuyas dotes artísticas no las han sabido digerir, e impiden la incorporación de nuevos Actores y Actrices . Ellos  quieren seguir siendo los primeros. 

El Teatro ha de ser abierto a todos sus aspirantes, para cuya incorporación al grupo o compañía debe primar la actitud y el compromiso sobre la aptitud, hasta el punto de que el Teatro debería ser actividad obligada en colegios e institutos.

Por el Teatro, niños,  jóvenes y adultos tienen la posibilidad de superar sus posibles miedos, timidez y adquirir desenvoltura, imaginación e improvisaciones, entre otras muchas cualidades, que les servirán para romper, en sus respectivos casos,  “los hielos” , en ocasiones  innatos y en otras ocasiones adquiridos, lo que les puede resultar muy importante  para sus respectivos “ presentes o  mañanas”.  

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