Diario pandémico. 9 de marzo de 2021

covid

Querido diario,

Yo ya no sé qué creer, te juro. Ayer mismo te decía que la juventud es el faro de este planeta, que con su energía, su fortaleza, su valentía… pero mi dios, ¡qué sinvergüenzas que pueden ser cuando se esfuerzan! Andan de parranda por aquí y por allá, llevando el bicho este de la covid a donde vayan, y ni se enteran. O les vale madre, ya no sé.

Tú sólo presta atención a lo que ha dicho esta niña a la que han entrevistado en la tele mientras andaba de jarana con sus compis: “Si lo tenemos que pillar, lo vamos a pillar igual. En un año y pico no lo he pillado saliendo, fiestas en casa… Igual no es para tanto, que no digo que no sea porque de hecho yo tengo familiares que han muerto de esto”. Vale, niña, ni siquiera se te entiende lo que quieres decir. Me han dado ganas de pegarle a la tele de sólo escucharte.

Quisiera pensar que se te ha subido la birra a la cabeza, que te has confundido… Pero te vuelvo a oír y lo reafirmo. Que eres sinvergüenza. Dices que no es para tanto, pero que has perdido familiares por el virus… Si yo fuera tu abuela, cariño, te enviaría con un pasaje a China cagando leches. Ahora que se ha vuelto obligatorio el hisopado anal para los extranjeros que ingresen a la nación, menudo recibimiento tendrías, a ver si aprendes. Y cuando regreses aquí, pues te vuelvo a enviar. Y así hasta que termine la pandemia. Tal vez con eso se te quitan las ganas de ir por las calles de Madrid apestando a todo dios. Pero bueno, quizás tu abuela está muerta, muerta por el bicho este. Pero vamos, que no es para tanto…

Lo que sí es para tanto, diario, y me tiene boquiabierta, es este nuevo descubrimiento sobre la covid. A mi entender, el más importante desde que la pandemia llegó para arrasar con todo y con todos. Resulta que la revista científica “American Journal of Emergency Medicine” ha publicado un estudio en el que afirma que, entre los efectos colaterales del padecimiento del coronavirus, se ha detectado que el bicho podría provocar erecciones de hasta cuatro horas en adultos mayores de 60 años. Joder, lo que es la naturaleza, que un bicho termina levantando a otro. Déjame decirte que si mi difunto esposo aún viviera, si leyera esta noticia, ya estaría saliendo a la calle en busca de estos niñatos que van de fiesta en fiesta, a darles una lamida o no sé, todo con tal de pillarse el virus y ponerse listo para echarse un kiki. No, diario, conmigo no, que yo ya no estoy para esas cosas. Pero tú sólo imagina, todos los vejetes pululando por ahí con el rabo alerta. Eso sí que quisiera verlo antes de morirme, aunque sólo sea para troncharme de risa.

Bueno, que no todo es para tomarlo en broma, que antes de la erección, el paciente en cuestión, el que dio la nota en el estudio este, había comenzado a presentar los síntomas habituales (tos y dolor corporal, debilitamiento físico), y luego de empeorarse el cuadro debió ser intubado. Allí fue cuando el personal médico, mientras el tío se encontraba sedado, detectó la bendita erección. Pobre tipo, que ni siquiera ha podido sacar provecho de estar empalmado. Dios le da pan a quien no tiene dientes, así era el dicho, ¿verdad?

Yo, por las dudas, ni se lo cuento a mi vecino del 6to, que ese siempre me mira con deseo, y yo no quiero ni pillarme el bicho, ni ser la encargada de desempolvarle la porra.

¡Hasta mañana, diario! Que descanses. Te quiere, Maggie

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *