Diario pandémico. 5 de febrero de 2021

Querido diario:

Es viernes, y yo ya estoy alistándome para el fin de semana. Todavía no sé si ir a la disco para levantar algún vejete o salir al cine a ver alguna peli de esas románticas que tanto me gustan.

¡Ja! ¿Te lo has creído? Que no, tío, que aquí seguimos con la pandemia a tope, y yo soy de riesgo y no pienso salir a pillarme el bicho sólo por haber intentado saciar mis ansias de diversión.

Aquí en casa también me lo paso a lo grande, tú sabes. Es que el mundo no para de entretenerme, y cuando pienso que ya no hay nada divertido dando vueltas, aparecen los chinos y me dejan tronchada de risa otra vez.

Te acuerdas de los tests anales, ¿verdad? Hombre, que yo no quiero ser recurrente, pero es que ni los propios orientales se lo toman en serio. Ahora resulta que las autoridades de la República Popular han tenido que salir a aclarar que los hisopados esos no provocan que los testeados “caminen como pingüinos”.

¡No te rías, que yo no miento! Es así como lo lees. Se ha viralizado un vídeo sin desperdicios en el que niños y adultos van caminando en un hospital tiesos como estatuas y sin flexionar sus piernas, meneándose de un lado a otro como si sus extremidades fuesen de madera. Bueno, o como si les doliera tanto el trasero que ni siquiera pueden juntar las pompis.

Según la publicación, las imágenes habían sido filmadas a fines de enero en un hospital de Shijiazhuang, la capital de la provincia de Hebei, en el norte de China. Y bueno, luego de superar las 30 millones de reproducciones, las autoridades decidieron que ya había sido suficiente, e hicieron lo que mejor saben hacer: le pegaron un llamadito a los censores, y estos eliminaron el vídeo de todas las plataformas (tú quédate tranquilo, que en Occidente todavía tenemos algunos truquillos, y yo he rescatado el tape sólo para que te rías conmigo).

Por supuesto, el Centro de Informes de Internet de Shijiazhuang está que trina, y no sólo ha afirmado y reafirmado que las imágenes han sido manipuladas para sembrar el miedo. Y, como si fuera poco, han comunicado que los pacientes hisopados no han tenido ninguna molestia después de haber sido testeados. A otro con ese cuento, que a mí no me van a convencer.

La cosa no ha quedado ahí, puesto que este Centro de Informes ha advertido que aquellos que difunden falsos rumores pueden ser considerados legalmente responsables, y así sí que tienes que tener miedo, que los chinos no se andan con chiquitas y te meten calabozo sin dudarlo.

¿Qué? ¿Es que no los crees capaces? Tío, si son los mismos que han prohibido a su gente reencarnarse en el Dalai Lama (oye, que yo no sabía que eso se podía elegir… Yo quiero volver a nacer como Britney Spears, pero sin la etapa de reviente, ¿será posible?). Que sí, que son capaces de todo. Acuérdate que hasta amenazan con llevarte al trullo si te filmas devorando una banana de manera sexy en tu streaming (no, no hay remate, es así como lo lees, que ni puede una incorporar potasio en paz que ya te andan boicoteando la nutrición). Ah, espera, que hay una que sí me gusta. La pena de muerte. ¿Tú sabías que envían al matadero a los políticos que reciban sobornos? Joder, que aquí quedaríamos acéfalos y los cementerios rebasarían de cuerpos.

Bueno, la cosa es que ahora las autoridades chinas están intentando por todos los medios que sus ciudadanos se convenzan de las bondades del hisopado anal. Han llegado tan lejos en el afán de defender este nuevo test, que hasta el Global Times, que viene a ser el periódico afín al régimen, ha publicado un artículo con bombos y platillos, titulado: “No caminarás como un pingüino después de la prueba de coronavirus con frotis anal”.

Bueno, pues, que si ellos lo dicen, a mí me han convencido. Además, a estos tíos del vídeo, yo los veo más parecidos a Pinocho.

¡Te deseo un gran fin de semana, querido diario! Que descanses. Te quiere, Maggie.

P.D. Te dejo aquí abajo a los falsos pingüinos chinos, para que te diviertas y no me extrañes tanto. ¡Hasta el lunes!