Querido diario,
Ayer he tenido un día para el olvido. Si hasta se me ha olvidado escribirte. He hecho todo mal, por despistada o no sé. Le he puesto sal al café, azúcar a las pastas, me he lavado los dientes con shampoo, he tirado un chocolate a la basura y me he metido el envoltorio en la boca, y así. Que cuando andas cruzada, andas cruzada, y ni Dios te salva. Pero bueno, que soy inofensiva y con mis errores sólo me perjudico yo, que estoy aquí encerrada y no le hago mal a nadie.
Pero hay unos que la lían parda, joder. Y en medio de una pandemia, si metes la pata, la metes hasta el fondo, que no hay grises. Y los chilenos parece que se están tomando muy en serio esto de cagarla sin prisa pero sin pausa. Mira si no: 10 personas que fueron a recibir la segunda dosis de la vacuna contra la covid en la Escuela Estados Unidos de San Bernardo, al sur de Santiago, fueron inmunizadas con un chute de un laboratorio distinto al que le habían aplicado la primera vez. ¿Puedes creerlo? Que hay que ser gilipollas para equivocarse de vacuna. Parece ser que a este grupo de pobrecillos, que habían sido tratados con la primera dosis de la Pfizer, les clavaron la aguja con el líquido de Sinovac cuando fueron a completar la inoculación, y ahora están ahí, quietecitos, a la espera de la aparición de algún efecto secundario (fiebre, malestar corporal, un tercer pezón, vete tú a saber).
“La respuesta que dieron es que se podían equivocar, que
ellas no eran robots y que a cualquiera le podía pasar”, contó Jacqueline
Muñoz, una de las vacunadas erróneamente. Yo que tú, linda, me voy buscando un
abogado, por si te crece una cola o algo así. Pero bueno, que tal vez los dos
brebajes que tienes en el cuerpo implosionan al chocarse en tus venas y no sé, comienzas a hablar en polaco o tal.
La municipalidad de San Bernardo, por su parte, asumió el error de inmediato, y
aseguró en un comunicado difundido en sus redes sociales que “los médicos
indican que no tendrán consecuencias y se indicó la vacunación con la segunda
dosis correspondiente en 21 días, para lo cual se les asignará una hora
especial”. Guau, vaya gesto, les han dado una hora especial. Joder, que si me
llegan a chutar una vacuna por error, lo mínimo que exijo es un banquete especial
con huevos de esturión, por las molestias causadas.
Claro que esto no es TAN grave como lo que te voy a contar ahora. Sí, te lo juro, también en Chile. No te digo yo que se están convirtiendo en expertos en liarla. La cosa es que en Villarica, en la región de Araucania, han vacunado por error contra la covid a una bebé de seis meses. ¡Seis meses, tío! Si ni siquiera hay pruebas que confirmen que el antídoto es inofensivo para los pequeñitos, y ellos van así muy sueltos y le chutan el brebaje a una bebita sin pararse a pensar.
Resulta ser que, según explicó su mamá Mallori Peña, a la niña le correspondía recibir una vacuna de calendario, por lo que se dirigió al Centro de Atención Familiar Los Volcanes a que le apliquen el líquido. “La enfermera la sacó de un cooler que solo decía ‘Vacunas Cesfam Los Volcanes’, nada más”, contó, por lo que ella no pudo advertir la equivocación hasta que el daño estuvo hecho.
Luego de haberla chutado, comenzó la pesadilla. “Yo siento que ella se dio cuenta inmediatamente. Me dijo: ‘Espéreme un poquito, ya regreso’”, relató Mallori, que volvió a ver a la enfermera 5 minutos después, cuando ingresó a la sala de vacunación para reconocer que le había aplicado por error la vacuna contra el coronavirus. Luego han dejado a la pequeña en observación, para ver si presentaba alguna reacción adversa, cosa que hasta el momento no ha sucedido.
Pero tío, ¿cómo puede suceder algo así? Imagino lo que le habrá pasado a esa pobre madre por la cabeza. Cabrearse es poco ante algo así. Hay que incendiar el ayuntamiento, o no sé. Ya sabes que los hisopos son mi respuesta a todo, así que si yo fuera ella, me gasto todos mis ahorros en un pasaje a China, me hago con todos los palillos que pueda, y someto a la enfermera a una sesión intensiva de hisopado anal, hasta que aprenda a distinguir un toro de una vaca.
Espero que la pequeña esté bien, y que al menos crezca inmunizada contra el bicho, que la puedan tener en brazos sus seres queridos, que algo bueno salga de semejante error. Y, mientras tanto, espero también que la enfermera tenga una dosis de su propia medicina, y que si algún día se mete al quirófano para ponerse pechos o algo así, que el cirujano le implante un cuerno de unicornio en la cabeza. Me he pasado tres pueblos, ¿verdad?
¡Hasta mañana, querido diario! Que descanses. Te quiere, Maggie