Diario pandémico. 18 de febrero de 2021

vizcarra

Querido diario:

¡Cómo te he echado de menos! Estos días carnavalescos me tienen flipando de la emoción. Ya he prendido fuego mi traje, te he contado, pero igual no he podido evitar bailar un poco con la comparsa imaginaria que me he montado en la cabeza. ¡Qué buenos tiempos aquellos en que todo lo que no estaba prohibido estaba permitido!

Ahora bien, los que se han montado una comparsa de aquellas han sido los peruanos. Que no, que no han salido a festejar el Carnaval. Pero el baile que se ha armado por estos días en el país del pisco no te lo puedes empezar a imaginar.

Resulta que ha explotado una bomba tremenda en la cara del Gobierno. No, tío, claro que no es real, estoy hablándote en sentido figurado. Tú siempre tan literal. La cosa es que casi 500 funcionarios han sido vacunados en secreto allí en Perú, y ha estallado el escándalo a nivel mundial.

¿Qué, tú creías que los españoles éramos los únicos que hacíamos esas canalladas? Pues no, oye, que ni en eso somos tan originales. Se ve que estos tíos no han leído en sus periódicos que nuestro general Villarroya ha renunciado al comando de las Fuerzas Armadas luego haberse chutado por izquierda la vacuna contra la covid. Es que sí, diario, que si lo hubiesen sabido, creo yo que no estaríamos hablando de Perú en este momento. O sí, qué decirte… con estos políticos que lideran el mundo, vete tú a saber…

Te hago corta la historia. El escándalo comenzó con la revelación de que el expresidente Martín Vizcarra se vacunó en octubre pasado, poco antes de su destitución, con una llamada “vacuna de cortesía”, parte de un lote de dos mil dosis que el laboratorio Sinophram había entregado a los responsables de un estudio clínico en Perú que tenía como objetivo probar la vacuna en doce mil voluntarios. De esas dos mil dosis extra, que serían destinadas a mil personas, se habían utilizado unas cuantas para inmunizar a los profesionales que trabajaban en el estudio, pero también se separó un lindo lotecito para que altos funcionarios del Gobierno recibieran el anticovid. ¿Cómo la ves? De no creer, ¿verdad? Pero léete esto: Vizcarra, tozudo el tipo, primero aseguró haberse vacunado en el marco de los ensayos clínicos. Luego, ante la desmentida de la Universidad Cayetano Heredia, a cargo del estudio, el exmandatario terminó confesando que no sólo él recibió la inmunización, sino también su esposa y ¡hasta su hermano! Joder, que ser familiar de político tiene sus beneficios.

Al expresidente se le ha sumado una lista interminable de funcionarios chutados, que más tarde o más temprano serán desplazados de sus cargos. “Reiteramos nuestra indignación y decepción tras ser informados de que 487 personas, entre ellos muchos altos funcionarios, aprovecharon su cargo para ser inmunizados con las vacunas de Sinopharm, que llegaron como complemento a las utilizadas en los ensayos clínicos en nuestro país”, dijo Francisco Sagasti, actual presidente del Perú, quien juró desconocer todo este desmadre al tiempo que conformó una comisión para investigar y dar a conocer la lista completa de los pillos que se han vacunado antes que el resto de la población. Ningún funcionario que haya abusado de su posición para obtener un beneficio sanitario se mantendrá en su gobierno, aseguró. Bueno, Pancho, que qué vivo eres, tú ya estás inmunizado por la vía legal, no has tenido la desesperación de esos tíos de querer chutarse antes de que la plebe acabe con todos los antídotos salvadores. Así cualquiera, pues.

Vizcarra no ha sido el único que quedó en evidencia en este embrollo. La ministra de Salud, Pilar Mazzetti, ha tenido que presentar su renuncia por encubridora, luego de que se diera a conocer que estaba al tanto de la vacunación secreta de dos de sus subordinados.

También la ministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete, dijo “adiós” a su cargo, al confesar que había sido una de las vacunadas. Bueno, que te vas pa’ tu casa, pero con el brebaje debajo de la piel, que no es mal negocio, tía.

Yo es que no entiendo, te lo juro. Tú imagínate: eres peruano, anciano, estás encerrado en tu casa desde marzo, a la espera de un médico que venga y te clave una aguja en el brazo que te permita no morir. Prendes la tele, y lo ves ahí, muy campante, al expresi con el brazo hinchado, sabiendo él que el virus seguirá de largo, que si se posa en él, sólo será un vector, que no va a hacerle daño. Y tú ahí, en tu sillón, cansado de ver la misma pared las 24 horas del día, con miedo a salir de casa por si te pescas el bicho mientras te compras los pañales. Si yo fuese ese peruano, ya estaría montando una grande. Claro que, ¿quién le hace caso a los viejos? Oh, ¡ya sé! Si yo fuera ese peruano, me encadeno frente a la casa de Gobierno, y le digo a Sagasti que soy su padre biológico. Qué se yo, quizás tengo suerte…

¡Hasta mañana, querido diario! Que descanses. Te quiere, Maggie.

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