Ordenadores y libros

La sociedad vive digitalizada y como en todo extremo, vive enferma.

Acusar simplemente a las pantallas de la degeneración de la enseñanza, además de ser demasiado simple, es falso. El problema empieza en la familia y se extiende a la enseñanza.

La lectura y la propia comprensión lectora han caído a niveles ínfimos y es imprescindible enseñar a leer y a través de la lectura se enseña a escribir, porque leer y escribir no es lo mismo. El profesor no puede abandonar la redacción, la enseñanza a redactar, para enseñar a ordenar la escritura, la morfología, la sintaxis, el resumen, el esquema. El profesor tiene que enseñar a alumno a penar, a razonar, a elegir. La tecnología no llega a todo. El profesor ha de perseguir un desarrollo humano del alumno completo, enseñándole a estudiar, a investigar, a buscar y para ello está obligado a desarrollar la imaginación y creatividad del alumno.

El alumno se forma “muy limitado”.

El problema no está tanto en la tecnología, que es imprescindible para el desarrollo social , sino cómo utilizarla. “No es de recibo”, en expresión popular, darle a un niño una “tableta” para que se distraiga y no nos moleste.

La escuela digitalizada no es una escuela sin libros, sino que la tecnología ha de ser una herramienta más en la formación del alumno. Utilizar la tecnología no significa que los niños estén horas y horas al día ante un ordenador y ahí, tienen que estar la familia y los profesores y por ese orden, para enseñarles cómo usarlas y para qué.

Con la “wikipedia” el niño no aprende a buscar, a investigar, no hay imaginación, ni creatividad, ni trabajo en equipo. El ordenador no puede sustituir a un libro, a una pizarra, a una biblioteca, a una exposición.

Una utilización inteligente de la tecnología por el profesorado y alumnado mejora los resultados educativos, mejora la formación del alumno en cualquiera de sus fases. (Josep Lluis Segu. Junta Directiva de Edutech Clúster).

Se abusa del término o voz “democratizar” y no se trata de democratizar la enseñanza. El Profesor es la autoridad, pero esa autoridad ha de enseñar haciendo participar a los alumnos, porque la enseñanza depende de la vocación y entrega del profesor.

El alumno no puede formarse siendo dependiente exclusivamente del ordenador y de la tecnología. El progreso está “ahí” y es imparable, pero la sociedad, familia y profesores anulan la imaginación y la creatividad de la persona.

Lo nocivo no es el “móvil”, sino cómo se usa.

El debate no es la tecnología, sino cómo se usa y en sus ramificaciones, patologías y secuelas por un mal uso.

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