Olvidar la historia

valle de los caidos

La  dictadura franquista murió hace 45 años, pero intereses particulares, que no partidistas, la han resucitado. Nadie se acordaba ya de Franco más que cuatro nostálgicos a los que apenas se oía, pero Pedro Sánchez venía con la sangre envenenada de ambición y ha querido cambiar la historia a su manera y donde hubo una lucha sangrienta fratricida ha querido convertir a los españoles en buenos y malos y pretende reabrir una trincheras que ya estaban cerradas. La  irresponsabilidad de un irresponsable ególatra. 

Tras la transición política, modélica con reconocimiento internacional, España vivía tranquila, participando en las elecciones de sus representantes políticos en a las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Cabildos Insulares, Congreso y Senado, algo que no había podido hacer desde hacía muchos años.

Las sucesivas Administraciones, con sus respetivos gobiernos, funcionaban, cada uno con arreglo a sus ideologías políticas, pero funcionaban y se consiguieron avances políticos y el Poder Judicial Independiente hizo su trabajo sacando a la luz presuntas irregularidades políticas que, en unos casos resultaron ser ciertas y en otros no lo fueron, pero en España la pena anticipada del telediario es “in misericorde” y está por encima de la presunción de inocencia. Hasta los llamados “tertulianos” realizan sus exámenes periciales y dictan sus sentencias desde sus mesas ante las cámaras de televisión y en las páginas de la prensa escrita.

Y ahora que la sociedad española vivía en una tranquilidad democrática lograda después de tantos años con la generosidad y buenísimo hacer de unos y otros, se encontró, tras una moción de censura, con un gobierno presidido por Pedro Sánchez que ha convertido su mandato en un poder personal, una dictadura imprevista y muy discutida e inadmisible hasta para muchos de los integrantes de su partido. Por eso le llamo la dictadura sanchista.

Para conseguir el poder y poner en marcha su dictadura, el sanchismo, aplicó la vieja parodia  de los hermanos Marx: “ Tengo unos principios, pero si no te gustan, tengo otros “, pero Sánchez lo ha hecho en serio. Fue Rodríguez Zapatero el que ya había acuñado la expresión “como sea“ en su período de Presidente.

No me voy a meter en apreciaciones psiquiátricas porque no soy Psiquiatra, pero como ciudadano sí puedo ver , observar actitudes, expresiones, reacciones, miradas, y un sin fin de manifestaciones gestuales anómalas en un ser humano, calificativo que se ve confirmado por Médicos especialistas en dicha materia.

Lo ancho para él y lo estrecho para el oponente, la mentira como forma de su vida, la maniobra “maquiavélica”, el control de los medios de comunicación, la policía sumisa, el espionaje y todo el resto de estructura de su dictadura, es su forma de ser, de actuar. El fraude le sostiene y la masa, que en situaciones de crisis, es manejable (Ortega y Gasset) como en todas las dictaduras, oye y asume lo que quiere oír.

Por eso los dictadores aprovechan la miseria y las crisis de los pueblos. Desatinos, despotismos, extralimitaciones, están justificados. La dictadura sanchista no es una excepción.

Lo único importante es él mismo. Egocentrismo. A partir de ahí, vale todo. Imposición, despotismo, supremacía, traición.

Este ejercicio dictatorial del poder como Presidente del Gobierno es lo que ha llevado a España a la situación crítica en la que se encuentra.

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