“Espejito, espejito, ¿quién es el más bello de la Unión Europea? La malvada bruja le contestó: Tú Pedrito, tú eres el más guapo”. Y a partir de entonces, el “doctorcito” Sánchez vive de compensar todas sus carencias, apologías psiquiátricas, falsedades y maldades del “todo vale” y “del fin justifica los medios” con su narcisismo.
Sus patologías y su maldad, ambición, falsedad, mezquidad desmedidas le llevan a despreciar a un pueblo al que subyuga para que dependa de él, el “César” , porque él, el “adonis “, es su amo.
Pero no se puede engañar a todo un pueblo tantas veces, ni todo el tiempo.
Persiste en su dictadura y le obsesionan las encuestas electorales, que cada día le son más desvaforables y por ello trata de “venderse” a la Unión Europea con sus mentiras, su postureo y su palabrería trilera en busca de un empleo que le permita continuar apareciendo ante los focos, tratando de seguir el centro de atención, porque sabe que con los españoles no caben más embustes.
Su excursión a los Balcanes a costa de los contribuyentes españoles, como todo lo que hace, forma parte de esa estrategia de búsqueda de colocación en la Unión Europea, y en ese estado de desesperación le da por complacer a su “oficina de empleo” en Europa, “Úrsula von der Leyen, improvisando nuevamente “disposiciones”, que son órdenes, a favor del “ahorro” energético para tenerla contenta.
Su inmadurez maquiavélica le lleva a la insensatez estrambótica y ridícula de quitarse la corbata y obliga a sus esclavos y palmeros a quitársela, para “dar ejemplo” en el ahorro energético, mientras no se baja del Falcon, el Super Puma y helicópteros: Más contradicciones propias de su dictadura y “exige” al pueblo, porque que es “suyo”, a múltiples sacrificios , mientras él, el dictador, sigue viviendo a costa de ese pueblo, al que somete en beneficio propio: comunismo. Es su censura dictatorial energética, otra más de su dictadura.
En previsión de incumplimientos a su orden en forma de decretazo energético, ya ha puesto a sus lacayos a amenazar con su “Gestapo” dictatorial.
Su atrincheramiento en la Moncloa es patético, así como igualmente lo son las intervenciones de sus ministros repitiendo, una y otra vez, la coletilla que les ha sido dictada en Moncloa para justificar lo injustificable y explicar lo inexplicable. Ellos hacen el ridículo y son sus cómplices de la situación de España, pero siguen tragando en defensa de sus nóminas y privilegios a costa del pueblo.
Todos sus ataques y de sus lacayos a Ayuso y Feijóo son fruto del pánico.
El “pirómano” Sánchez ha llegado a su fin político por cuanto acumula tantas mentiras y maniobras maquiavélicas que ya no podrá sobrevivir a ellas. Su cúmulo de falsedades son ya insoportables y ya no cuelan.
El narcisista repite que “la ley se cumple”, pero para ello es imprescindible que el legislador se aclare. La normativa del dictador sanchista es impresentable. Manda y ordena, impone órdenes en su propio beneficio, aunque sea en contra de los intereses de ese pueblo a cuyos representantes comunitarios ni siquiera consulta. Ese pueblo tiene que obedecerle porque él “es su César”.
Como dictador, invade las competencias de todo aquel que se opone a sus órdenes e intereses y en esta línea no tiene respeto alguno a la separación de poderes.
Ya no es cuestión de pagar 100.000 euros mensuales, a costa del contribuyente, al pretendido “milagrero” Paco Salazar, para que cambie el sentido de las encuestas electorales y resulten a su favor, de que “salga a la calle y se acerque a los ciudadanos”:
El problema es Sánchez y su dictadura. ¿A quién representa Sánchez?