Ludopatía

ludopatia

Desde estas líneas siempre pretendo que la Psiquiatría, como especialidad Médica que es, no sea estigmatizada y se acuda a ella sin complejos, aunque esta sociedad en la que se vive no facilita y menos aún contribuye su tratamiento normal, como cualquier otra especialidad Médica, dificultando y en muchos casos, impidiendo la curación de patologías mentales que hunden la vida de las personas que las sufren y, a su vez, pueden causar perjuicios irreparables a las personas que rodean o dependen de estos enfermos.

Todos los extremos, en todas las situaciones, son malos y una simple y lúdica afición, cuando se convierte en obsesiva y compulsiva supera la frontera de la racionalidad; lo divertido, creativo y se convierte en patológico, es decir, enfermizo. Pero esas patologías y ahora, en concreto, la ludopatía, tiene sus motivaciones que pueden ser exógenas o endógenas, extrínsecas o intrínsicas  al individuo.

Se aprende a jugar normalmente en la adolescencia y una historia familiar, unas circunstancias o situaciones sobrevenidas, una temeraria o irresponsable conducta influida, o no, por factores ajenos pueden desembocar en la práctica viciada del juego y, de ahí, al drama y a la catástrofe personal del enfermo, con todo lo que ello conlleva, y familiar, en su caso, hay solo una paso.

Trastornos de personalidad, falta de control de impulsos, adiciones a sustancias son solo algunas, de las muchísimas consecuencias de una adicción al juego, que al tratarse ya de una patología está ya en el polo opuesto del entretenimiento.

Las apuestas, los juegos online y un larguísimo etcétera, hacen el resto.

La acumulación de problemas y situaciones sobrevenidas o inconscientemente e irresponsablemente buscadas, bien por una falta de personalidad o débilmente desarrollada, y que aparecen en la mente de la persona como irresolubles e insostenibles hacen a la persona buscar una evasión artificial de la situación mediante un estímulo artificial.

Evidentemente la adicción al juego se convierte es más factible entre la población más vulnerable que es la socialmente más desfavorecida, como son los parados y aquellos empleados de rentas bajas que buscan en el azar del juego esa suerte  que les cambie la vida o, por lo menos, la posibilidad de facilitarla y terminar con esa angustia diaria de la incapacidad económica diaria de no poder atender las necesidades básicas.

A su vez, éxitos y glorias excesivamente tempranas, sin la formación personal o madurez necesarias para administrarlas pueden llevar a buscar otros alicientes que ya no existen y esa búsqueda es solo debida a un enfoque  erróneo del éxito.

La Psiquiatría no cambia las situaciones, pero ayuda a enderezar las actitudes y comportamientos de las personas que lo necesitan para aprender a  afrontar esas situaciones.

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