Dijo Víctor Hugo que “entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente hay una cierta complicidad vergonzosa”.
En este sentido, entra en juego el “hombre masa” y su manejo, de Ortega y Gasset.
Es la Psicología de las masas la que estudia el comportamiento de grupos humanos, del por qué los individuos se contagian de los demás y se limitan a repetir lo que oyen sin cuestionarlo.
En este sentido el Sociólogo Emile Durkheim creó el concepto de una alienación del individuo que se desarrolla en favor de la masa.
El comportamiento de “las masas” depende de la naturaleza social de los individuos y esa naturaleza deviene en unos comportamientos marcados por sus genes biológicos y su costumbre cultural.
Las personas, dependiendo de sus características personales y necesidades, pueden terminar siendo alienadas y acaban cediendo ante una idea dominante. Una vez que el individuo forma parte de un grupo colectivo, se deja llevar por los sentimientos que le proyectan y se une a éstos, dejando de lado sus hábitos anteriores, sin cuestionarse si aquéllos sentimientos son correctos o no lo son, sin son posibles, o no lo son.
El hombre deja a un lado sus responsabilidades, ya que sus sentimientos le unen a la “masa” y esta “masa” está dirigida por un líder que sabe manejarla y que le anuncia y promete lo que esa “masa” quiere oír.
La sugestión es la causa más importante. El ser humano se contagia y pasa a ser hipnotizado por lo dicho y hecho por el otro. Ahí está el negocio de ese “otro”, del líder.
El sujeto que pertenece a “la masa” no tiene conciencia de sus actos porque se ha dejado contagiar por el discurso del líder de esa masa. Asume como real ese discurso interesado del líder porque no conoce lo real: Lo irreal predomina sobre lo real, porque la necesidad inconscientemente le obliga.
Es el mecanismo de la supervivencia y el líder conoce la forma de manejar fraudulentamente a esa masa humana necesitada. El líder de la “masa” le dice al hombre “masa” lo que quiere oír, lo que necesita oír.
La “masa” no existe sin un líder que sepa manejarla y este líder presenta cualidades de personalidad, voluntad poderosa, y voz de mando y el “hombre masa” se siente atraído por el poder invencible de ese líder. (Ortega).
Para Freud, cuando el individuo entra en esa “masa”, desparecerá su conciencia que será sustituida por la de su líder, tanto para lo bueno como para lo malo. Si el líder perdiese su prestigio, decepcionaría a la “masa” y terminaría la hipnosis del grupo-masa.
La obsesión, el fanatismo, son elementos extremistas con los que dirigir a la “masa humana”. La influencia de la propaganda hace el resto.
Pero el “hombre-masa” necesitado, no es el único motivo para que el comunismo y el fascismo triunfen en el engaño a un pueblo y dobleguen a una nación, para poder vivir de ese pueblo.
Jhon de Zulueta, Presidente del Círculo de Empresarios, en 2.018, apenas tres meses antes de que Pedro Sánchez presentase una fraudulenta moción de segura, le dio al dictador Sánchez cien días “de gracia” antes de emitir una opinión. Pero todo fue en vano. Sánchez desde ese día, engañó a todos, también a ese empresario. Nada que esperar.
Desde el Círculo de Empresarios empezaron a llamar a las cosas por su nombre y a avisar de lo que a España se le venía encima, pero la sorpresa fue que a los grandes del IBEX 35, les empezó a poner muy nerviosos y no dejaron de repetirle “tranquilo, no hagas ruido”.
Muchos de ellos estaban enganchados a las “promesas” que iban llegando de Europa en forma de dinero regalado, los famosos “fondos Next Generation UE” y ahí siguen esos del IBEX 35, a la espera de sacar tajada, observando los destrozos del país, pero “sin hacer ruido”, en su cobardía.
Y unos y otros arrastran a todos.