Lucía Taboada (Diario AS) hace un “diagnóstico” de lo más lúgubre sobre la evolución de la mujer en la práctica del deporte ” rey”, el fútbol.
Las chicas lo están haciendo muy bien en su lucha y empeño por introducir su fútbol y competir con él en un mundo masculino y es espectacular comprobar su categoría y su “clase” y, sobre todo, su coraje y corazón, su alegría y pasión en el dominio del balón. En muchas ocasiones no es la “pizarra” la que sirve para sacar un partido adelante, sino ese corazón, ese empeño, el valor, la actitud, por encima de la aptitud y de las condiciones, que muestran las féminas.
Las ”risas y bromas malsanas“ de algunos chicos y espectadores son consecuencia directa de sus complejos, porque es evidente que las chicas juegan mejor que ellos y ese trato hacia ellas de malnacidos y energúmenos, debe ser reprendido y, si puede ser, corregido, mediante su expulsión de los clubs deportivos, centros educativos y de su entrada a los campos de fútbol, por no saber convivir en sociedad. Su cortedad mental, les hace inservibles para convivir entre humanos.
Y es en este sentido donde hay que ayudar a las futbolistas que lo necesiten para fortalecer su “YO” y con ello, que no vivan condicionadas a las negativas reacciones de tanto “ macho alfa” , que no sirven ni para “machos alfas”. Un cúmulo de complejos es lo que les caracterizan a estos “machos alfas” y necesitan al grupo para sentirse fuertes. Su cobardía es palmaria.
La chicas maduran mucho antes y mejor que los chicos y son más fuertes que ellos, esto es evidente y esa fuerza tiene que ser la base para que, las que lo necesiten, reciban la ayuda Psicológica necesaria para no vivir “en función” de la “aprobación” de los energúmenos, no dependiendo su actitud y aptitud de las groserías de tanto energúmeno, que no son personas, son especímenes con forma de personas.
Es evidente que las chicas tienen que asesorarse sobre la conveniencia de practicar uno u otro ejercicio durante su período menstrual, pero en modo alguno, ello es óbice para abandonar el fútbol ni deporte ni actividad algunos.
La representación “futbolera” de las féminas en las “Ligas” va en constante aumento de efectividad, prestigio y progresión debido a su ejemplar lucha titánica contra los prejuicios habidos, que ya no van siendo tantos y esa progresión, que evidente, nunca puede estar condicionada ni por factores de la naturaleza femenina, ni por las reacciones de esos palurdos, víctimas de sus complejos y sus envidias, que no tienen que sufrir las futbolistas, ni los cuerpos técnicos, ni el equipo arbitral.
Ante esas reacciones antisociales y antideportivas, la decisiones de expulsión por parte de los equipos directivos de los clubs, centros escolares o académicos, instituciones y campos deportivos, tiene que ser inmediata. No procede “estudio ni valoración” alguno: Los hechos son evidentes.
Los energúmenos, están incapacitados para vivir en sociedad y hay que expulsarlos de ella. Menos “expedientes” y más decisiones firmes e inmediatas. La evidencia no necesita “expedientes”.