Falsa mejoría

Hay episodios en la evolución final de los enfermos terminales que son difíciles de entender, extraños, incomprensibles.

Cuando el enfermo está próximo a entrar en el “túnel”, cuando está próximo a emprender su último viaje, muestra una “mejoría” que precisa de explicación por su discordancia con su estado pre agónico.

El Doctor De Abreu , Neurocientífico, entiende que esta mejoría en su estado crítico, próximo al fallecimiento, se debe a una descarga de hormonas del cerebro, que se trata del último intento de este órgano para mantener al cuerpo con vida en esos momentos críticos.

No cabe, pues, desconcierto alguno en los allegados, por cuanto no existe tal mejoría en el enfermo terminal, cuya agonía es clínicamente manifiesta.

Cuando esa “mejoría” es mental, se trata de una “lucidez terminal”.

En esta línea, el Dr. Kerr observó en  enfermos terminales cercanos a la muerte, fenómenos consistentes en sueños y visiones de seres queridos fallecidos, que “regresaban “ para consolarlos.

Estas “alucinaciones”, que son experiencias del final de la vida del paciente, pueden interpretarse de “paz y consuelo” para el enfermo en su tránsito y al Dr. Kerr le hicieron decidir “hacer una pausa y escuchar”.

Una señora, ya moribunda, comenzó a mover los brazos como si meciera a un bebé  que había fallecido décadas anteriores y estos movimientos de la señora no parecieron un deterioro cognitivo.

Cabe preguntarse, como hizo el Dr. Kerr, si las propias percepciones de los pacientes al final de su vida, tuvieran un impacto y repercusión en su bienestar que no debiera preocupar, sino tolo lo contario : “ Hay que parar y escuchar”.

Muchos moribundos “llaman”  a seres queridos que no habían visto hacía mucho tiempo y estas experiencias eran algo más que sueños. Estas experiencias eran “vividas“, significativas y transformadoras para el enfermo: “Traen consuelo, apoyo, paz, y con ello, aceptación”.

Existen evidencias de que el más importante problema de la vida se resuelve en el sueño que sobreviene poco antes de la expiración.

El terror por la muerte, los conflictos familiares no resueltos, las crisis o ausencia de fé, pueden resolverse con ese sueño.

En las últimas semanas de vida muchos de estos enfermos tienen sueños extraordinarios, que les ayudan a afrontar y vencer los propios miedos.

“No son delirios”, dice el Dr. Bulkley. Queda mucho por descubrir de esos momentos terminales. Esto es solo un inicio, el comienzo. La Ciencia Médica, en todas sus especialidades y superespecialidades, avanza a pasos agigantados.

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