¿España está en la Unión Europea?

Esta es la pregunta que procede hacerse a juzgar por algunos de los acontecimientos que se vienen sucediendo en España, tanto en la forma como en el fondo.

Un juzgado de Bélgica hace caso omiso de las Resoluciones del Tribunal Supremo Español en materia extradición, incumpliendo el Tratado de Schengen.

El gasto público en España, debido al mega consejo de ministros por compromisos del poder, el enchufismo, subvenciones para compras de votos, adjudicaciones de obras y servicios “a dedo”, los atentados contra la propiedad privada mediante la legalización de la ocupaciones ilegales de inmuebles , atentados contra la empresa privada y la educación, un sin fin de gastos suntuosos a costa del contribuyente  y sin que esta relación sea exhaustiva sino meramente enunciativa, hacen pensar que España no pertenece a la Unión Europea.

Las decisiones dictatoriales del presidente del gobierno debilitan la posición internacional de España, sin que Europa “ mueva un solo dedo” por ese comportamiento, que está en la antípodas de la línea ideológica y de actuación de la Unión Europea.

Europa se está dejando burlar por la mentira y desfachatez del presidente del gobierno español y la Unión Europea está permitiendo que un país miembro de la Unión, “circule por dirección contraria” a la Unión.

España es una dictadura en un marco parlamentario democrático, de democracia solo tiene el marco.

Del mismo modo que la Unión Europea condena dura y expresamente las dictaduras, como la venezolana, calla ante la dictadura sanchista española, y ambas son dos dictaduras con apariencia de democrática.

El doce de Junio de 1.985 España firmó su adhesión a la Unión Europea, haciéndose efectiva esta incorporación el uno de Enero de 1.986, después de una espera de cuarenta años, tras haberla solicitado el 9 de Febrero de 1.986, habiéndole sido denegada por estar regida por una dictadura, la franquista, “enmarcada” en un Parlamento que el dictador denominó Cortes Orgánicas.

España fué admitida en la Unión Europea tras superar y culminar su modélica transición política, desde un régimen dictatorial a una democracia, siguiendo los requerimientos de dicha Unión.

Con la Constitución de 1.978 e incorporada a la Unión Europea, España ha vivido el mayor período de paz, convivencia y prosperidad de su historia.

Ahora la dictadura ha vuelto de la mano del dictador Sánchez, enmarcada, igual  que la franquista, en unas Cortes democráticas. Estas Cortes democráticas le están sirviendo a Sánchez para ejercer su dictadura.

No se puede entender por qué la dictadura franquista impidió a España incorporarse a la Unión Europea y ahora la Unión Europea permite a la dictadura sanchista “ circular en sentido contrario” a la Unión , sin advertencias, ni denuncias, ni  sanciones, y por consiguiente, reitero, “mirando para otro lado”.

Es imprescindible, que la Unión Europea reaccione de forma efectiva y sin dejarse engañar por el dictador Sánchez.

En este sentido, no es creíble que la Unión Europea no sepa que Sánchez no se plantee qué quiere para España, cuándo y ante quién actuar, porque lo que está haciendo es sólamente cuidar sus propios intereses y estabilidad en el poder, para lo cual engaña a propios y extraños.  Es difícil creer que la Unión Euroea “ esté mirando con lupa a Sánchez”.

No es creíble que Europa ignore que Sánchez sólo mira a los presupuestos como instrumento para mantenerse en el poder. Solo le importa su poder dictatorial. No es creíble,  por consiguiente, que la Unión Europea observe la cuentas de Sánchez con extrañeza, sino que debería saber que esas cuentas solamente le sirven a Sánchez como instrumento de seguridad y estabilidad para su dictadura. Esa extrañeza debería convertirse en censura a Sánchez, censura que, hasta el momento, no se ha producido.

La Unión Europea tendría que vigilar y denunciar  los comportamientos dictatoriales de los  Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Unión, pero es evidente que en el caso de España, o no está vigilando a Sánchez, o Sánchez está engañando a todos.

No es creíble que el “ cesarismo “ de Sánchez no sea visto por la Unión Europea, del mismo modo que supo ver, y vió,  el cesarismo de Franco.

¿Qué hay detrás de esa presunta “ceguera” europea, qué está pasando? 

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