Algo falla cuando en una parte de un país, de una nación, se margina el idioma oficial de ese país, y eso solo ocurre en España.
Una cosa es el pluralismo lingüístico y otra una nueva Torre de Babel. Es lo que ocurre cuando el presidente del gobierno de ese país, España, tiene como único objetivo y ambición el poder y cede y paga el precio que sea por mantenerse en el poder.
Ya en la propia Europa, se quedan perplejos ante la actitudes del Presidente del Gobierno de España por el disparate, entre otros, de que en España se margine el idioma español, y es que ese es el precio que este Presidente paga a los que se quieren independizar de España, para seguir en el poder. Es paradójico, pero es así y el mundo observa asombrado decisión de tamaña irregularidad e irresponsabilidad.
Alfonso Ussía apunta en El Español que “los independentistas han decidido que el español no sea el idioma oficial de España” y Sánchez cede para seguir el poder a toda costa.
Un idioma que hablan seiscientos millones de habitantes en el mundo, el Presidente del Gobierno Español lo margina a cambio de votos.
La ambición patológica de poder, por un lado, y una pretensión independentista que nunca se hará realidad, por otro, tienen como resultado negociar con la formación de los niños catalanes, formación que resultará incompleta por cuanto con ese idioma autonómico solo podrán comunicarse, en principio, con los habitantes de su región, provincia o aldea, privándoles de poder relacionarse con gran parte del resto del mundo.
El absurdo no tiene recorrido alguno.
El plurilingüismo español es un conjunto de idiomas o dialectos que pertenecen a la cultura española, pero que no tienen más recorrido que el correspondiente a su región.
El español, idioma de los escritores del Siglo de Oro, en prosa y en poesía, de las generaciones del 98 y del 27, lengua oficial en toda Sudamérica y segunda lengua en gran parte de los estados que forman los Estados Unidos de América, deja de ser el idioma oficial de España porque lo quieren los que se quieren independizar de España y el Presidente del Gobierno Español lo acepta por continuar en el poder.
Es el mundo al revés, un dislate de un Presidente del Gobierno Español al que no le importan nada ni España ni los españoles, porque solo se importa a sí mismo.
Es una batalla baldía contra el castellano “que es el español que se habla en Castilla” (Cela). Un idioma no se extiende por resentimientos, ni por acuerdos fraudulentos, el español sigue y seguirá extendiéndose, siendo insensible e imbatible a las intentonas interesadas de golpistas ignorantes.
Es curioso en los independentistas que a sus hijos les llevan a colegios privados donde aprenden español. ¿Es posible mayor insulto, mayor ignominia para todos los demás padres y niños catalanes?
La Ministra de Educación “soltó” la aberración de que “los hijos no pertenecen a los padres, si no al estado”, sin embargo envió a sus hijas a un colegio privado donde estudiaron español como lengua vehicular y, la propia Ministra fue alumna del colegio Sagrado Corazón, igualmente colegio privado y religioso donde estudió español como lengua vehicular.
El social-comunismo para el pueblo, pero no para ellos.
La coartada de la Ministra es que “el cuarenta por ciento de la población vive con otra lengua“. Lo que no dice la Ministra es que vive con otra lengua solo en su región, pero no en el resto de España donde habla castellano porque, de lo contrario, nadie les entendería.
A partir de que aquí, que cada uno saque sus conclusiones.