Alcaraz, ¿sucesor de Nadal?

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No es cuestión de presión o no presión, es cuestión de que, lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible.

Alcaraz no está sabiendo crecer, está ensoberbecido y eso le lleva a la arrogancia.

Es un “creído“ que no sabe tener “los muebles de su cabeza” bien colocados y tampoco tiene en su entorno quien le recuerde quién es, su situación deportiva, le frene sus delirios de grandeza y su desenfreno mental y de todo ello  su entrenador es el responsable.

Todo son alabanzas y no hay quien le recuerde en qué fase está de su carrera deportiva, por muchas dotes para el tenis que tenga.

Hay que saber ganar y saber perder.

Alcaraz es un producto más de esta sociedad que encumbra y destruye dependiendo de lo que pueda obtener de él y solamente una fuerte madurez y personalidad le pueden librar del “dios de barro” que precipitadamente le ha hecho creer que es.

Interesados publicistas y malos periodistas, que solo buscan precipitadamente  explotar el producto, le están haciendo subir “la escalera del éxito” a desproporcionadas zancadas sin fijarse en que le falta personalidad humana y deportiva para sosegar sus inquietudes, o  aprovechándose de esas carencias. Mal hace esa prensa deportiva, entre ellos el Diario AS, que se olvida enseguida de enseguida de Nadal, olvidándose de que NADAL es el número UNO vitalicio y honorífico, así como  la periodista Sonia Giménez, (REPORTAJES.com), que publica un titular, que “vende mucho”, pero que se tercia a equívocos, cuando la elegancia, sencillez y humildad de Nadal está declarando constantemente el estado de su lesión. 

Alcaraz debe aprender mucho todavía para no “dejarse llevar”. Mucho le valdría a Alcaraz fijarse en la humildad y sencillez de Paula Badosa y Pablo Carreño.

Hay que saber ser campeón. Hay que saber estar, hay que saber quién eres. No basta con jugar bien al tenis y levantar trofeos. Hay que saber ser número UNO y Nadal es el número UNO.

Focos, “adoraciones”, dinero y una soberbia que le invade al chaval Alcaraz que, no le dejan ver quién es y dónde está. 

Nadal no tiene sucesor por muchos trofeos  que cubran las paredes de la casa de Alcaraz. Alcaraz nunca llegará a ser Campeón si a su edad ya va en busca de ser el número uno en el tenis. Aún cuando lo consiguiera sobre la pista, el número UNO siempre será Nadal.

Ser número uno implica mucho más que ganarlo sobre las pistas. Implica, humildad, modestia, sencillez, elegancia, ausencia de arrogancia, ausencia de petulancia y todo ello está en las antípodas de las características personales y deportivas de Alcaraz.

Que Alcaraz recoja el mensaje de Rafa Nadal: “ Hay que ser humilde para aprender todos los días”.

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