«El método puede aumentar la tasa de detección entre las personas infectadas», dijo un médico de Beijing a la televisión estatal, según un comunicado citado por The Guardian. China ha comenzado a usar pruebas anales para evaluar a las personas que considera que tienen un alto riesgo de contraer Covid-19. Los funcionarios tomaron tales pruebas de los residentes de los vecindarios de Beijing con casos confirmados por Covid-19 la semana pasada, según la emisora estatal CCTV, mientras que las personas en los centros de cuarentena también hicieron tales pruebas.
Pequeños brotes, localizados en las últimas semanas, han llevado al cierre de varias ciudades del norte de China y han generado campañas de pruebas masivas, la mayoría de las cuales se han realizado con pruebas de garganta y nariz. El método de pruebas anales «puede aumentar la tasa de detección
de personas infectadas», porque los rastros del virus persisten más en el ano que en el tracto respiratorio, dijo a CCTV Li Tongzeng, médico principal del Hospital Youan de Beijing.
Sin embargo, CCTV informó el domingo que las pruebas anales no se utilizarán tan ampliamente como otros métodos, ya que la técnica «no es cómoda». La noticia de que China ha empezado a realizar test anales para detectar SARS-CoV-2, el virus que causa la covid-19, ha inquietado a la población, pues si el conocido hisopado nasofaríngeo es ligeramente molesto, este tipo de prueba parece cuanto menos embarazosa. Sin embargo, hay evidencia científica de que analizar las aguas fecales -como
ya se hace en España- podrían ayudar a controlar la pandemia y asegurarían que un paciente hospitalizado durante varias semanas por Covid recibe el alta sin restos del virus en su cuerpo, además de ser una forma de confirmar PCR nasales negativas en pacientes sintomáticos. La medida, no obstante, ha causado cierto desasosiego e indignación entre la población china justo cuando se cumple casi un año de la llegada del virus
al país. Los sanitarios también se han mostrado contrarios a la realización de ese test inundando de comentarios de «incredulidad y preocupación» las redes sociales del país. «Es difícil para las enfermeras», expresaba una usuaria en Weibo.
Hay quien la considera, sin embargo, una ayuda, dada la proximidad del Año Nuevo Lunar que tendrá lugar el próximo mes y que normalmente supone unos 3.000 millones de desplazamientos.
Después de un brote en el aeropuerto internacional de Shanghai en noviembre, los funcionarios encerraron a miles de empleados para realizar tests y esto provocó una aterradora estampida. Ahora, con las infecciones que siguen apareciendo antes de las vacaciones, el gobierno ha aprobado un uso ampliado de las pruebas con hisopos anales.
La intención de China es vacunar a 50 millones de personas antes de dichas fechas, pero esa cifra es menos del 4 por ciento de su población, una tasa demasiado baja para prevenir la transmisión masiva de coronavirus.