El 37% de los hipotecados no pudieron pagar sus cuotas en 2020

ejecuciones hipotecarias

La crisis sanitaria ha traído la crisis económica. Uno de los aspectos más sensibles son los embargos de las casas hipotecadas por falta de pago de las cuotas. En 2020 el 37,4% de las personas hipotecadas fueron embargadas por la entidad a la que pagaban su crédito.

Así lo refleja la Estadística sobre Ejecuciones Hipotecadas del Instituto Nacional de Estadística (INE). Cabe recordar que una ejecución hipotecaria se realiza por parte de la entidad financiera cuando el deudor no cumple con su obligación de pagar las cuotas. Si los impagos son de entre tres y seis cotas mensuales, el banco inicia un proceso de ejecución hipotecaria para reclamar las mensualidades atrasadas. A partir de ahí, la cantidad total del crédito pendiente pasará a tener un interés de entre el 20% y el 25% como forma de penalizar al que ha incumplido el pago.

Esta es la teoría. La práctica es que en 2020 se registraron 7.367 ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales, un 37,4% más que en 2019 y la mayor cantidad que se ha producido desde 2014 (alredor de 30.000), cuando el INE comenzó a realizar esta estadística, con los últimos estertores de la crisis de 2008.

También confirma la crisis en que se encuentran muchas familias españolas el hecho de que con el dato de 2020 se rompe con cinco años de retrocesos sobre las ejecuciones hipotecarias (entre 2015 y 2019).

La estadística también señala que el problema va en aumento, dado que el mayor número de las ejecuciones hipotecarias se produjo en el cuarto trimestre del año, al elevar su número un 67,3% más que en el trimestre anterior, y más del doble que en el mismo trimestre de 2019. Solo basta ver que de las 7.367 ejecuciones hipotecarias registradas el año pasado, 3.018 tuvieron lugar entre octubre y diciembre de 2020.

A la vista de estos datos, el profesor Albert Guivernau, de OBS Business School, confirma que nos encontramos en un cambio de tendencia, y se muestra convencido de que las cifras seguirán aumentando, ya que el proceso de ejecución hipotecaria requiere tiempo y muchas de las que se van a producir se encuentran en estos momentos a la espera, ya que el proceso suele demorarse hasta uno o dos años.

Pero Guivernau también argumenta que este aumento obedece a que “estamos afrontando una crisis económica como nunca habíamos visto”, con más de 900.000 personas en ERTE (expediente de regulación temporal de empleo), que podrían llegar a sufrir un ERE (expediente de regulación de empleo). Cuando todas las ayudas al empleo derivadas del Covid terminen en verano se verá cómo las cifras de ejecuciones hipotecarias aumentarán, ya que el paro y los embargos “guardan una enorme correlación”. En este sentido, recuerda el profesor que las mayores cifras de paro tuvieron lugar en 2013, y el pico más alto de las ejecuciones hipotecarias se produjo en 2014.

Pese a estos datos, el INE informa que el número de certificaciones de ejecuciones hipotecarias que refleja su estadística procede de los Registros de la Propiedad, pese a lo que no todas las ejecuciones de hipoteca terminan con desahucio de sus propietarios. Por ello, el año pasado se iniciaron 34.750 ejecuciones hipotecarias, un 38,8% menos que en 2019, de las que el 38,8% se correspondieron con fincas urbanas y 1.594 con fincas rústicas.

Dentro de las fincas urbanas, 18.903 ejecuciones correspondieron a viviendas, un 31,2% menos que en 2019, y de ellas 9.407 eran ejecuciones sobre viviendas de personas físicas, cifra un 27,4% superior a la de 2019.

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