Los bancos ya cobraban a las empresas, fondos y clientes institucionales, además de la comisión de custodia aplicada a fondos, carteras accionariales u otros productos de inversión. El siguiente paso es cobrar por guardar los depósitos. En su defensa, argumentan, que ellos también tienen que pagar al Banco Central Europeo el denominado tipo de facilidad de depósito, situado en el -0,50%. Hasta 2020 las entidades financieras negaban con rotundidad la posibilidad de cobrar la comisión de custodia por el dinero depositado en las cuentas de ahorro.
La persistencia de los tipos de interés en el 0% y el euríbor en negativo desde hace cuatro años ha hecho imposible que logren la rentabilidad buscada, mientras los clientes han optado por el ahorro desde el inicio de la pandemia, en previsión de males mayores. Esta situación ha provocado que el ahorro de las familias se sitúe en máximos, mientras los créditos concedidos por los bancos caminan hacia mínimos históricos. Es decir, muchos bancos tienen ahora mucho más dinero en depósito que dinero en créditos concedidos. Y es con los créditos donde logran su rentabilidad, mientras a los ahorradores ahora resulta difícil ofrecerles algún premio por su ahorro.
En busca de dicha rentabilidad, los bancos desde 2008 han optado por fusionarse (las cajas de ahorros han desaparecido y de 45 entidades se ha pasado a 13 en una década), recortar plantilla (más de 120.000 empleos han desaparecido en el sector) y reducir sucursales (de 45.707 en 2008 a 22.761 en noviembre de 2020, según recoge el Banco de España) y siguen en ello. Pero no es suficiente.
De ahí la necesidad de plantearse otras fórmulas para incrementar sus ingresos. De momento, dos entidades han anunciado en España la implantación de esta comisión dirigida directamente al dinero depositado en las cuentas de ahorro. Por un lado, BBVA ha adelantado la aplicación de una comisión de un 0,025% a los saldos no vinculados a ningún producto financiero que superen los 100.000 euros. Es el primer banco español en cobrar por los depósitos a particulares. También el que ha confirmado su intención de cobrar comisión por ciertas operaciones que se realicen en ventanilla.
El segundo banco en cobrar por sus depósitos a los particulares será el holandés ING, que en el caso de España comenzará a aplicar esta comisión a partir del próximo 1 de abril, al deducir 10 euros al mes por la custodia de saldos superiores a 30.000 euros en sus cuentas de ahorro. Las nuevas condiciones han sido trasladadas al contrato de prestación de servicios que la entidad mantiene con cada cliente.
ING ha enviado una carta informativa a todos sus clientes y, al final de la misma explica que si no se está de acuerdo con estos cambios “se es libre de elegir”. Y si no se está de acuerdo, la entidad concreta al cliente que tiene la posibilidad de “cerrar la cuenta en un clic sin ningún tipo de coste” en su web o app antes del 1 de abril.
Esta libertad de elección a las que nos remite ING deja claro que los bancos se han convertido en indispensables en nuestro quehacer económico diario. A través de ellos realizamos todos los cobros y pagos, desde la nómina, pensión, prestación, transferencia… hasta pagar cualquier tipo de compra a través de tiendas físicas o por Internet. La experiencia nos demuestra que cuando en el sector bancario uno empieza le siguen los demás. La alternativa es… el colchón.