Pau Gasol y Fernando Alonso, dos de los mejores deportistas españoles de la historia, regresan en este 2021 donde todo empezó hace ya dos décadas.
Al echar la vista atrás, uno siempre es más consciente del paso del tiempo. Aquellos recuerdos grabados a fuego de los que se puede incluso detallar el dónde o el con quién sin dudarlo, esos que no han perdido un ápice de claridad aunque hayan pasado los años, incluso las décadas.
El comienzo de este rocambolesco 2021 ha vuelto a recordárnoslo, trasladándonos otra vez a una etapa en la que la felicidad estaba al alcance de la mano en nuestra particular realidad, aún demasiado alejada de la implacable vida adulta que nos esperaba a la vuelta de la esquina. La falta de preocupaciones y la inocencia del que aún no sabía nada de la vida pero ya se ilusionaba con cada partido o carrera que podía seguir en directo, y más cuando veía que los suyos hacían historia.
Este año seremos testigos del regreso de dos de los mejores deportistas que han dado este país -con permiso de Don Rafael Nadal-, o al menos dos de los que más marcaron una época en deportes muy poco acostumbrados a ver banderas españolas en lo alto. Pau Gasol regresa al Barcelona y Fernando Alonso vuelve a pilotar un monoplaza en la Fórmula 1. Y ambos lo hacen 20 años después.
El jugador catalán confirmó esta semana, a sus 40, su vuelta al FC Barcelona para tratar de retomar el tono físico de cara a los Juegos Olímpicos después de más de un año parado por las lesiones. Pau se fue como la gran promesa del baloncesto español desde Fernando Martín. Su elección en el draft, con número 3 del año 2001, ya fue un triunfo absoluto, como cada titularidad que sumaba o su Rookie of the Year, pero Pau nos regaló mucho más. Acostumbrándonos a trasnochar desde su etapa en los Grizzlies para ver de qué más era capaz, Gasol se hizo uno de los mejores jugadores interiores de la NBA, ganando dos anillos y formando un tándem para el recuerdo con el fallecido Kobe Bryant en los Lakers, pero también se convirtió en el jugador más dominante en décadas en el baloncesto FIBA.
Imparable en el Mundial y los tres europeos que ganó con España con el ‘4’ a la espalda, a punto estuvo de mojar la oreja al renovado Dream Team de Estados Unidos, el único equipo capaz de frenar a esa generación dorada en la que estaban jugadores como Calderón, Navarro o Garbajosa. Su falta de protagonismo tras salir de Los Angeles, pasando por Chicago y San Antonio, deja dudas sobre cuál será su rendimiento como blaugrana 20 años después de exhibirse en la Copa del Rey de Málaga y con los Juegos de Tokio esperando expectantes por volver a verle sobre la pista.
El otro caso, quizás no tan distinto, es el de Fernando Alonso. El piloto asturiano cumplirá 40 años el próximo mes de julio y lo hará volviendo a competir en la Fórmula 1 al volante de un Alpine, heredero del Renault con el que tocó la cima. Aquel muchacho que encandiló a Briatore y se ganó un hueco en Minardi, también en 2001, para coger galones antes de enseñarle a toda una generación que también se podía ganar en ese deporte. Con De La Rosa y Gené acostumbrándonos a celebrar cada punto que lograban rascar, Alonso fue más allá y luchó de tú a tú con el mejor de todos los tiempos, arrebatándole dos títulos mundiales al Ferrari de Michael Schumacher, un hito impensable poco tiempo antes.
Con ese característico Renault azul y amarillo, Alonso hizo vibrar al país con su primera victoria, la lograda en Hungría aquel 24 de agosto de 2003, llevándose después a casa los campeonatos de 2004 y 2005, dos títulos que siempre supieron a poco viendo las condiciones del asturiano y los infortunios a la hora de elegir el mejor volante de la parrilla, con más sombras que luces en su etapa en McLaren Mercedes, Ferrari o McLaren Honda. Alonso vuelve a la F1 tras competir en las 500 millas de Indianápolis, las 24 horas de Daytona e incluso el Dakar con la esperanza de volver a dar el nivel.
Pau Gasol y Fernando Alonso vuelven a donde todo empezó sin la necesidad de tener que demostrar nada a nadie y sin apenas opciones de ser tan determinantes como lo fueron en su día, pero eso ya poco importa. Regresan dos mitos vivientes 20 años después de que lograran enganchar a todo un país, y lo hacen con dos títulos bajo el brazo cada uno. Nos queda sentarnos a disfrutar reviviendo aquellas sensaciones, cuando ellos aún eran unos jovencitos imberbes y nosotros ni imaginábamos de qué eran capaces. Como si fuera ayer. Porque 20 años no son nada.