Química en psiquiatría

quimica en psiquiatria

El origen de la Filosofía está en la pregunta cuál es la naturaleza de las cosas, es decir, “ el arjé “ . Para las cosas, Tales, Anaximandro y Anaxímenes establecieron que tiene que haber siempre un principio originario o “ arjé “, a partir del cual se generan.

Este principio constitutivo último de las cosas pretende explicar ese principio último de su origen.

En este sentido, la Psiquiatría pretende descubrir donde está esa causa primigenia de las enfermedades y transtornos mentales que tienen un origen y unos efectos.

El alcoholismo, la depresión patolólogica, y no la “pseudo-depresión“ que con mucha frecuencia se invoca socialmente como tal, son dos patologías que tienen su origen o causas y con el tratamiento adecuado a los mismos puede haber una solución para dichas enfermedades o transtornos, dependiendo siempre de la respuesta cada enfermo.

La química en psiquiatría, el fármaco, es muy importante, pero no lo es todo y, por consiguiente, no es algo definitivo.

El fármaco puede ayudar a contrarrestar los efectos de los trastornos del alcoholismo y la depresión, consiguiendo una estabilización mental del enfermo que le refuerce para someterse a ese tratamiento psicoanalítico al objeto de encontrar en el inconsciente el origen de esa causa o causas que los han originado y que éste inconsciente se niega a aflorar por un mecanismo de defensa.

Un magnífico descubrimiento en Medicina que hace avanzar en la estabilidad del enfermo alcohólico o depresivo le permite una estabilidad psíquica que le permite someterse al tratamiento terapéutico psicoanalítico para el descubrimiento de esa o esas causas u orígenes ocultos en el inconsciente, que están deformando y maltratando los comportamientos y con ellos, la vida de los enfermos.

La Tandospirona, obtenida o descubierta por Selena Bartlett y su equipo, va a conseguir que enfermos dependientes del alcoholismo y víctimas de la depresión tengan lucidez y estabilidad mental suficiente para reconocerse ellos mismos y sin prejuicios, propios o sociales, su necesidad de requerir la ayuda Psiquiátrica, para descubrir y atajar el origen o motivo último de ese alcoholismo o depresión que le inutiliza conforme a parámetros psíquicamente normales y con ello a poder tomar las decisiones necesarias para recuperar su autonomía de voluntad sin dependencias patológicas que la conviertan en un “muñeco“, sin capacidad de razonamiento ni de decisión y, por consiguiente, al albur de las situaciones o circunstancias que la rodean en cada momento.

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