Última actualización el noviembre 16, 2024
El dictador Sánchez quiso castigar a los valencianos por no votarle y les hundió, nunca mejor dicho.
Ya lo había hecho en la pandemia con la Comunidad de Madrid.
“¡¡¡Que lo pidan!!!”, fue su postura, su frase guerrera, su negligente osadía.
Esta fue su maliciosa y maquiavélica maniobra para hundir a los valencianos por no votarle.
Es su estilo, su venganza, su sectarismo.
Muchos militares dijeron que querían salir a ayudar a la Comunidad Valenciana, pero el Ejército tenía la orden de no salir y la pelota de la ministra Robles, fiel a los desmanes del César, es capaz de ser cómplice del dictador y permitir el hundimiento de la Comunidad Valenciana.
La solicitada “Emergencia Nacional”, como le pedían PP y VOX, pero tampoco la declaró. Tenía que hundir a la Comunidad Valenciana, esta oportunidad no la podía desperdiciar.
Al dictador Sánchez no le afectan los muertos ni las desgracias y huyó despavorido ante las amenazas de unas desesperadas víctimas habitantes de Paiporta que por culpa de Sánchez se han quedado con el cielo y la tierra: “Ellos se lo han buscado, por no votarme”, pensará Sánchez.
Su “ganao” le exculpa de todo lo que haga y no haga, pero no valen ni cobrar la subvención y la paguita, ni la disciplina de voto.
Mazón se vió superado por la situación, las capacidades de cada uno son las que son, pero eso es distinto a la omisión malévola e intencionada de socorro, del dictador.
Que no se confundan las responsabilidades, ni se intenten tapar unas con otras.
Las de Sánchez son intencionadas por táctica política y las de Teresa Ribera, desaparecida, porque le dio más importancia a su examen de Bruselas porque, en su ambición, le era más más importante su puesto en la Comisión Europea.
Y otra la responsabilidad debida a la falta de capacitación.
Alguien dijo y no hace tanto, que “para ser Presidente del Gobierno es necesario algo más que ser español y mayor de edad”.
Ello es aplicable a Mazón.
No se puede nombrar a cualquiera para cualquier puesto. La amistad y la lealtad tienen más valor que la preparación y un ejemplo muy cercano es el expresidente de Correos, nombrado por Sánchez.
Que el dictador no trate de escabullirse de sus responsabilidades en las posibles responsabilidades de los demás, como es habitual en él y, cuando no puede, sale huyendo al extranjero, en ese caso a la India, a recibir los aplausos que en España el pueblo le niega.
La gran sociedad española se traga todo lo que sale de Sánchez, esa sociedad es imperturbable, está anestesiada, y de ello se vale el dictador.
Sánchez debe pagar por todo ello.
Tres de cada cuatro votantes del PSOE rechazan la gestión de Sánchez con la DANA, pero le seguirán votando y así sucesivamente. Son estómagos agradecidos.
Tras su “espantá” en Paiporta, Km. 0 de la DANA, Sánchez ya busca su momento. Ya está elucubrando provocar corrientes violentas que agiten la violencia para salir del atolladero que se le enreda aún más además.
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