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El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla

Última actualización el noviembre 16, 2024

Después de siglos de decadencia y ochenta años de que el imperio español se derrumbase, el desastre de 1898, España tuvo una oportunidad para ponerse a la altura de los países de su entorno y de la historia: Los Derechos Humanos. Era el 20 de Noviembre de 1.975.

Franco falleció, oficialmente, el 20 de noviembre de 1.975, dos horas después de su fallecimiento real.

Han pasado muy cerca de 13.3882 días desde  el comunicado del fin de la guerra civil española.

A partir de esa fecha y entre el 1 de abril de 1.939 y el 20 de noviembre de 1.975, España vivió una dictadura construida a imagen y semejanza de  Franco.

El elemento común de esos 36 años de dictadura fue la abolición de las libertades políticas.

Económicamente y socialmente hablando y paralelamente a esa supresión de las libertades políticas, España se levantó en 1.959 en estabilización y progreso social hasta ese año de 1.975, aunque acompañado impregnado de esa dictadura.

Ese 20 de Noviembre de 1975, la sociedad española  se preguntó “¿y ahora qué?”.

Le tocaba estar preparada para afrontar el salto hacia la libertad y la modernidad , pero iba a ser fácil. El llamado “bunker” franquista lo iba a poner muy difícil. España era y es el problema. Ya lo dijo Ortega y Gasset. Los españoles, fueron, son y serán el problema.

La transición de una dictadura a una democracia fue muy difícil. Fueron continuas las aristas que limar y fue el “trío”  formado por el Rey Juan Carlos I, Torcuato Fernández Miranda y Adolfo Suarez los que tuvieron que convencer a ese “búnker” que se negaba a ver la realidad, que esa realidad que era los normal en la calle, había que trasladarla al pueblo y, en definitiva a las Instituciones. Tuvieron que allanar el camino para que ese búnker y la oposición confluyeran en una transición a la democracia, que resultó ser ejemplar para el mundo.

Treinta y siete años después de la guerra civil la legalidad franquista fue formalmente derogada, “de la Ley a la Ley”, gracias a la sabiduría y habilidad jurídica del Catedrático Torcuato Fernández Miranda, siguiendo instrucciones del Rey Juan Carlos I, y a la habilidad, buen hacer, personalidad y visión de Adolfo Suárez.

“Adiós dictadura, adiós“ dijo el periódico Diario 16.

Un largo camino empedrado de dificultades e incomprensiones, había precedido la enorme labor democratizadora de aquel “triángulo virtuoso Rey Juan Carlos I, Juan Fernández Miranda  y Adolfo Suárez“ (Juan Fernández Miranda-Objetivo: Democracia), gran mérito reconocido por todo el mundo. “De la Ley a la Ley”.  

Y eso fue lo que creyó el pueblo español, pero no iba a ser así, no ha resultado así.

Fue en 2017, con Pedro Sánchez, cuando España volvió a reiniciar su decadencia con la Presidencia de Pedro Sánchez, con la dictadura sanchista.

Fue el absolutismo, el poder, la mentira de Pedro Sánchez amparándose en un “marco democrático”, ha devuelto a los españoles, a  España, a su dictadura.

La dictadura sanchista ha sucedido a la dictadura franquista, salvando las distancias, que son muchas.  

El olvido, la amnesia, la “anestesia” de la ciudadanía  y las “ formas dictatoriales ” de Sánchez, han devuelto a España, a los españoles, a la dictadura de la que sus antepasados consiguieron salir.

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